jueves, 23 de julio de 2015

MONEDA IMPULCRA

El álamo se torna enredadera 
si la carroza de las cuatro sierpes 
corre y crepita por las vías arduas 
del mirar silencioso del conejo. 
O no, se torna fiel representante 
de las almas perdidas que no esperan 
el desentumecerse de las lianas 
de todo otoño de follaje triste. 
Álamo y muerte como monederos, 
como comparsas del duro teatro 
de los libros leídos en la sombra; 
álamo y vida, vida de los álamos 
que marcan la pradera indefinida 
en que los tigres gruesos se persiguen. 

20/2/1997

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