jueves, 14 de enero de 2016

VISITACIÓN PERIÓDICA

lectura de Guillén 

Un halo de la luz que te mantiene 
se posó sobre vos con suavidad: un roce, 
una tenue vasija. Te asombraste 
como los niños ante la mañana. 

Y recordás el verso de desidia 
que azota la vereda de tu rostro. 
¡Cómo se va el vacío, cómo vuelve 
la claridad marina! 

(Juntás tus manos --vibran de candor-- 
o las llevás a tu costado. Casi 
como dormido te envolvés del mundo 
que habita tu rincón. En la cortina, 
o en la pared --también en las baldosas--, 
ríe su risa un ángel, y se va.) 

15/05/97.- 

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